lunes, 18 de junio de 2012

REDITUM ITER


"Si no hay cuerpo, no hay delito, ¿no?" le pregunto a ComisarioPotente que comparte conmigo en soledad un compartimento en el tren de vuelta a mi ciudad.
Comisario continúa con el look playero: una camisa blanca arrugada desabotonada lo bastante como para ver el vello rubio oscuro que se riza sobre su pecho, y una bermudas color beige que permiten apreciar unos muslos fuertes y peludos. Cuando ve que le estoy mirando las piernas, las cruza como una colegiala y responde con cierto embarazo:
"No estoy en disposición de responder a ninguna de sus preguntas. Le recomiendo que se busque un buen abogado cuando lleguemos y trate de salir de este embrollo en el que se encuentra metido."

...pasamos al menos veinte minutos viendo correr el campo a través de la ventanilla,luego tengo que dar un golpe al cristal y gritar
"¡es que....¿es que le da igual toda esta historia de mierda en la que estoy metido?...usted lo ha seguido casi desde el principio, ya sabe lo que ha pasado..."
"no" responde mirándome por fin con cierto desasosiego "no pretenda buscar ahora mi colaboración porque desde que le conozco, ha estado haciendo lo que le ha salido de los cojones sin contar por un momento en mi persona, que a fin de cuentas soy el representante de los cuerpos de seguridad del Estado en toda esa movida. Mi cometido ahora es llevarle de vuelta, entregarle a las autoridades y, como se suele decir, si te he visto no me acuerdo".
Añade un "jeje" a todo eso que no puedo compartir, y volvemos a perdernos un rato en la contemplación del paisaje de ahí fuera.

Cuando pasa un tiempo intedeterminado es él quien rompe el silencio para decir
"...me supongo que es todo cosa de ese mundo gay, ¿verdad?...toda esa promiscuidad y ese follar con unos y con otros como si la gente fuesen trozos de carne y no personas."
Tengo que enarcar las cejas un poco sorprendido
"vaya, qué buen conocimiento del ambiente demuestra usted. ¿Ha tenido alguna vez relaciones sexuales con un hombre, comisario?"
"la verdad es que no" responde sin mirarme "y dejando a un lado el que mis relaciones con las mujeres hayan sido siempre totalmente satisfactorias, encuentro que la forma de relacionarse entre ustedes tiene un componente sórdido que no acabaría de aceptar"
"entonces no se lo ha planteado nunca"
"el qué"
"el tener un encuentro sexual con un hombre"
Ahora parece indignado
"¿No lo ve? Usted mismo lo está planteando de esa manera. "Encuentro". Que ocurre, ¿para usted no significa nada el practicar sexo con otra persona?"
"Y porqué tiene que significar algo. Es una cuestión puramente fisiológica. ¿Significa algo para usted cada vez que se come un filete con patatas?"
"Qué perspectiva tan hermosa de las relaciones entre personas. Compararlas con un filete con patatas.  Ojalá siga viéndolo todo así incluso cuando no le queden dientes para masticar filetes."
Ahora soy yo el que se vuelve hacia la ventana y se encierra en un silencio sin concesiones.

A Comisario se le cierran los ojos, lucha contra el sueño cada vez un poco menos hasta que se le ladea la cabeza, el hermoso mentón se le descuelga y las palmas de las manos se le caen a ambos lados del cuerpo mirando hacia arriba, en un simulacro de indefensión total.
Estoy sentado frente a él, también en pantalones cortos, de manera que no me cuesta demasiado dejar caer una de mis rodillas contra la suya, para sentir la estática del vello de sus muslos contra mi piel.
No hago más que mecer un par de milímetros arriba y abajo para sentir su contacto, y cual es mi sorpresa al descubrir que en la descuidada y expuesta entrepierna de sus bermudas algo está tomando consistencia. Trato de espiar en sus ojos cerrados buscando una rendija de contacto con la realidad y contacto con lo que está sucediendo pero su labio inferior continúa adorablemente inerte y su respiración es lenta y profunda.
Sé que en estas circunstancias, a punto de ser detenido con cargos y todo eso, no debería de sentirme sexualmente operativo, pero de alguna forma se me ocurre que esa será la última vez que tendré a ComisarioPotente a mi alcance, y eso me hace ser osado.
Libero mi pie de una sandalia y lo coloco justo ante ese paquete en crecimiento que tengo ante mi.
Luego lo apoyo en ese bulto cálido, saco mi polla y empiezo a masturbarme.
Todo sucede bastante rápido. Me la meneo a toda prisa esperando no despertarle pero a la vez los dedos de mi pie frotan el bulto de su polla abajo y arriba siguiendo mi ritmo, él se abre un poco más de piernas  y suelta un ligero "aah", pero es igual porque yo por lo prohibido y furtivo de la situación no tardo más de medio minuto en soltar un surtidor de leche que cae sobre uno de sus muslos y deja un lamparón sobre sus bermudas.
Para mi satisfacción, casi al mismo tiempo aparece una gran mancha húmeda en el lugar donde supongo de encuentra la punta de su polla mientras se le estremece ligeramente el cuerpo y se lame el labio inferior.
Ya con mi polla en su sitio me hago el dormido cuando él da un respingo, se mira el paquete, me mira a mi y sin decir ni media palabra baja su maleta y saca otro pantalón para quitarse el que lleva.
No lo puedo creer, el espectáculo es demasiado bueno como para disfrutarlo así sin ni siquiera intentarlo.
Sus calzoncillos blancos, a pesar de estar resplandecientes, también están un poco desgastados y casi sin esfuerzo puedo vislumbrar la raja de su trasero al agacharse y luego el bulto aún sonrosado de su polla cuando se vuelve de frente. Le veo contemplar con visible embarazo su corrida, después saca un pañuelo de papel, trata de secar al máximo el desaguisado y por fin se calza unos vaqueros bastante ajustados que no auguran que vayamos a tener un viaje relajado sexualmente.
Yo me estiro como un gato cuando el vuelve a dejarse caer en el asiento, frunzo el ceño y pregunto
"¿se ha cambiado de pantalones? ¿le incomodaba el roce casual de mis muslos?"
Se pone horriblemente colorado al contestar
"no sé si se ha dado cuenta pero sus comentarios casi siempre resultan improcedentes"
Hago como que le saco la lengua e intento dormir de nuevo.

En realidad consigo dormirme, y cuando vuelvo a abrir los ojos ya está anocheciendo ahí fuera y ComisarioPotente me contempla con un poco de cara de susto y las manos cruzadas sobre el regazo.
Algo en su expresión de virgen rodeada de mercenarios me hace saltar, me siento sobre sus piernas, pego mi pecho contra el suyo y le susurro
"Vamos, joder. De lo que pase aquí ahora no voy a decirle una palabra a nadie. ¿quien iba a creerme?...y sobre todo, ¿a quien iba a importarle?"
ComisarioPotente me aparta de un empellón haciéndome dar con la cabeza contra la ventana.
Luego parece arrepentido y murmura
"¡perdon!...no debería haber reaccionado así, lo siento"
Ahora es él quien se sienta sobre mis muslos, me contempla como si no me llevase viendo enfrente suyo todo el viaje y me pasa la punta de la lengua primero por la barbilla y luego sobre los labios.
Deslizo mi mano por una de sus piernas muslo arriba con delicadeza para no asustarle, hasta llegar a su polla que de nuevo está ahí dentro tiesa.Visto esto le agarro el culo y le atraigo hacia mi.
"No puede ser...tengo una novia, una chica que trabaja en asuntos internos..."dice, pero a la vez me revuelve el pelo con las manos y empieza a buscar mi boca cada vez con más insistencia "¿como voy a explicarle esto?...no, ¿como me lo explico a mi mismo?"
"No hace falta buscar explicaciones...piensa en el filete...piensa que seguro que mañana a estas horas me estarán metiendo en un calabozo horrible y no volverás a verme el pelo...puede ser la última oportunidad que tengamos de hacer esto, ¿te das cuenta?"
...un segundo después tengo mis tobillos sobre sus hombros y su polla presionando contra mi culo mientras me mira de cerca con el rostro ruborizado y los labios brillantes...
"No voy a perdonarme esto después, ¿lo entiendes?"
Le pongo una mano en la nuca y tiro de su cuello hacia mi para besarle...

Un traqueteo del tren un poco más violento de lo normal me hce abrir los ojos y veo que ComisarioPotente en realidad está sentado junto a la ventana, tratando de poner la máxima distancia posible entre nuestros organismos mientras mantiene la vista perdida ahí fuera.
"No se lo va a creer, pero estaba soñando que usted y yo estábamos echando un polvo aquí mismo." digo risueño.
"Me lo creo. Ahora cierre los ojos y siga soñando" masculla tras dirigirme solo una muy breve mirada indescifrable.
Tengo que chasquear la lengua para demostrar mi frustración.
"Vamos hombre. Mañana a estas horas "digo con la esperanza que la línea que seguía en el sueño de resultado "estará en un calabozo con algún hombre de color enorme que me obligará a chuparle su polla gigantesca durante horas para luego darme por el culo con total impunidad. ¿No cree que necesito...antes de eso...unos instantes de luz?"
Comisario no se siente ni mínimamente conmovido, solo lanza una carcajada seca y contesta
"No. Más bien creo que si eso es así, se lo va a pasar usted divinamente."
Sin embargo, a pesar de sus palabras veo la expresión de sus ojos oscuros y lo que veo ahí no es ni ira, ni ironía ni desprecio, es...
...no sé lo que es.
Lanza un breve suspiro, vuelve a mirar por la ventana y no volvemos a hablar hasta que no estamos casi de vuelta en la ciudad....

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