viernes, 27 de abril de 2012

HOMO CONIUGATUS ( II )

La siguiente vez que veo a MaridoPerfecto es un indeterminado tiempo después de mi "alta" hospitalaria, en una especie de coctel  organizado por un jefecillo que se va destinado a una sucursal en el extranjero. Le han permitido transformar la sala de reuniones en una mariconada que parece sacada de un catálogo de papeles pintados de Laura Ashley, lleno de capullitos de rosa, centros florales, canapés minimalistas y una tía tocando el violonchelo como si estuviese sola en el evento y no creyera que pudiese molestar a nadie.
¿Parece todo muy gay?
Pues es normal porque de hecho el susodicho jefecillo tiene más pluma en su pequeño y esmirriado cuerpo que un avestruz adulto en el trasero, pero ¡así de caprichosa es la Madre Naturaleza!como diría el papa Benedicto, coloca cerebros portentosos en organismos destinados a un éxito reproductivo cero por razones que se nos escapan a nosotros, los ratones con los que experimenta ( la Naturaleza, no Benedicto ) en su laboratorio planetario. Supongo que nada más es cuestión de mantener el equilibrio porque si por ejemplo los sesos de Jefecillo estuviesen colocados en la espléndida anatomía del tío que se encarga de reponer las máquinas de refrescos, situaría al hipotético especímen híbrido en una situación de ventaja evolutiva nada justa para el resto de miembros de la especie que funcionan con cerebros del montón y organismos muy "pret-a-porter".
Por extraño que parezca, Jefecillo y yo nunca hemos tenido un acercamiento físico, y no por falta de atracción porque ya he hablado de mis noches del "Todo Vale" en la que hasta él tendría una oportunidad, no es eso. Tampoco me he parado a hablar nunca con él de ello porque no me ha importado tanto la cuestión como para plantearme las razones, y ahora que va a marcharse al culo del mundo a seguir haciendo lo que hace aquí pero digo yo que cobrando más dinero, no me apetece preguntárselo.
El cóctel se muestra abundante en refrescos pero escaso en alcohol como era de esperar, en cambio hay una inusitada cantidad de manzanas de un verde brillante dispuestas a lo largo de las mesas.¿A quien le da por comer manzanas en una ocasión como esta?
La Sofi, una becaria con gafas de culo de vaso y un aparatoso corrector dental que lanza cegadores destellos metálicos sobre sus dientes agarra una y me dice 
"¿qué, jugamos a pescar la manzana en el barril?"
Esa es la ventaja de las chicas habitualmente abstemias, que con una mínima cantidad de vino blanco semiseco en su copa ya están en disposición de decirle tonterías al primero que se les cruza.
"habrá que pescarla en el bidé, porque no veo ningún barril a la vista" la digo y eso la hace despepitarse de la risa y ponerse a toser a la vez hasta que empieza a ponerse colorada y una amiga se la lleva dándole palmadas en la espalda.
Esa situación ocasiona un momento de interés general que Jefecillo aprovecha para situarse a mi lado, agarrarme el brazo como si él y yo hubiésemos cruzado algo más que un "buenos días" los últimos tres años y decir
"canalla, no me arruines la fiesta"
Mantiene el aspecto de lombriz pálida con gafitas y corbata pero como novedad muestra un descarado aire de seguridad en si mismo que me supongo es fruto de este ascenso suyo en el estatus laboral.
"las chicas, que no saben beber" respondo un tanto ausente. Y no es pretendiendo hacer un feo a Jefecillo, no, es porque reparo de pronto en un hombre alto y moreno de espaldas a mi que luce una camisa blanca con una ligera mancha de transpiración entre los omoplatos y un culo impecable enfundado en unos vaqueros viejos. En mi disco duro cerebral se hayan perfectamente catalogados e identificados la media docena escasa de culos que merecen la pena dentro del trabajo, y ese desde luego no está en la lista.
Jefecillo me ha puesto la mano en el hombro y está diciéndome algo a media voz al oido pero no puedo prestar atención porque de súbito el sonido de la sala se reduce a un rumor sordo, el hombre moreno se vuelve un instante en mi dirección , nuestros ojos se cruzan...

...y si, es MaridoPerfecto, asombrosamente erótico sin quererlo con su barba de dos días y el destello sorprendido de sus ojos azules. Por desgracia, a dos pasos de el, se encuentra su querida esposa, la secretaria pequeñita y regordeta ya mencionada que parece hablar relajada con alguien pero al mismo tiempo vuelve la mirada una y otra vez hacia su esposo y en ocasiones patrulla con la vista alrededor como temiendo un ataque por sorpresa de un enemigo desconocido.
Cuando él me ve pierde un poco de color en su rostro bronceado, hace un vago gesto con los dedos a modo de saludo y vuelve a darme la espalda. ¿Será posible?
Me sacudo la mano de Jefecillo de mi hombro pretextando ir a buscar otra copa aunque sea de zumo de uva y voy deslizándome poco a poco entre el personal hasta que, en un momento en que veo que la víbora se va al retrete, me planto junto a su espléndido marido y le digo
"¡hola!"
No puedo decir que se alegre de verme, más bien diría yo que compone una mueca de divertido pánico
"hombre, que tal" dice y ahora el ritmo de su transpiración se ha acelerado tanto que a través de las manchas de sudor de su pecho puedo vislumbrar sus tetillas y el vello oscuro que las rodea como si le hubiesen vaciado un cubo de agua encima.
"aquí tomando un chisme" digo pretendiendo sonar distraido pero en realidad tengo el mango duro como un canto ahí abajo. con mi mente traviesa fantaseando en pasar la lengua plana sobre ese pecho y sentir su sabor salado en la boca.
"bien, bien...pues me alegro de verte, hombre, oi que habías estado de baja y tal pero vamos, ahora te veo estupendo, ¿no?" dice intentando ser un hombre de mundo pero luego termina por inclinarse sobre mi y susurra acelerado "oye siento lo que pasó en la boda aquel día, no te creas que yo me lo monto así con todos los tíos que se me ponen a tiro, ¿eh?, estaba muy borracho y no sabía ni lo que hacía"
"¿y te pillo tu mujer follandote al cura o ya habíais terminado cuando ella apareció" le susurro a mi vez tratando de que mis labios le rozasen la oreja.
"¡chssssst!" ordena pero debo decir en su descargo que un poco muerto de la risa "no vio nada, sólo a mi lavándome las manos y el cura haciendo pis de espaldas a la puerta, pero tio, ahí olía a follamiento que era una pasada, yo creo que algo tuvo que notar"
"pero no volvisteis a la mesa..."
"¡nooooo,coño!¿ iba a volver a sentarme al lado tuyo como si nada? no me jodas, no soy tan duro. La dije que se me había ido la mano con el vino y que tenía que irme a casa porque estaba malísimo, y de hecho estaba bastante malísimo, jaja, no la extrañó en absoluto."
"Vaya vaya" dije cogiendo una de las copas que tenía a la vista " y yo que me había imaginado un final mucho más apoteósico, ya sabes: el cura con el culo en pompa, tu detrás agarrándole de las orejas, tu mujer que entra a saco..."
MaridoPerfecto enrojece un instante, de nuevo como conteniendo la risa y me sisea poniéndome una mano en el hombro
"...y lo hice, lo hice, el muy hijoputa me dio su dirección y al dia siguiente me lo follé a cuatro patas entre dos bancos de la iglesia...¿como te quedas?"
La verdad me quedo muerto de celos porque haya tenido un segundo encuentro con HombredeDios y no me haya llamado a mi para repetir la experiencia, pero ¿qué voy a decirle?
"jaja, es muy fuerte. Pero oye, así en confianza, tu esto de que te gusta follarte a los tíos, ¿lo sabes desde el día de la dichosa boda o ya habías catado antes varón?"
MaridoPerfecto enrojece más aún si es posible, luego echa un vistazo asustado a algo que se mueve a mi espalda y dice
"aquí viene mi mujer"
Y en efecto antes de que me de tiempo a decirle nada aparece la pesadilla observándonos a los dos con ojos inquisidores, pero como no advierte nada pecaminoso me dice "holaaa, que taaal" como si en realidad dijera "como es posible que todavía no se te haya tragado el infierno" y después coge a MaridoPerfecto y le dice 
"cariño las niñas estarán terminando ya en el cumple de sus primas. ¿Nos vamos yendo?"
"claro, claro...bueno encantado de haberte visto" dice tendiéndome una mano, yo se la estrecho y descubro en mi palma una pelotilla de papel que él me pasa con el gesto.
Cuando la pareja se va la desenrollo y hay un número de teléfono.
No le he visto escribir nada mientras estábamos juntos...¿es posible que lo tuviese preparado para dármelo de alguna manera en cuanto tuviese oportunidad?
Detesto sentir mi corazón latir apresurado como el de una jovencita, pero MaridoPerfecto me gusta lo bastante como para hacerme desear una pequeña aventura e ilusionarme al respecto...

...mientras tanto, me duelen los huevos de tanto aguantar la erección, así que cuando Jefecillo vuelve al ataque a agarrarme del hombro en confianza y decirme una tanda incomprensible de frases ambiguas y sin sentido, me inclino sobre él y dejando que mis labios rocen su oreja como hice un poco antes con MaridoPerfecto, le digo en voz baja
"¿quieres follar?"
Casi se le caen las gafitas del susto, pero recoozco que reacciona como un profesional, no se lo piensa y echa a andar haciéndome un discreto gesto con la mano, vamos a paso ligero entre los invitados y entramos a su despacho que él cierra a cal y canto después de entrar. El muy pillín abre un cajón de la mesa y saca condones, lubricante y toallitas de papel, hecho que me hace plantearme en qué términos ha gestionado el ascenso y si no estaré yo desperdiciando mis posibilidades.
"te tenía de asignatura pendiente, me alegro de irme sacándome la espinita" dice y, aunque me jode satisfacer a según qué tíos en estas cosas, sin mucha parafernalia le apoyo contra la mesa y me le follo pensando todo el tiempo en MaridoPerfecto y lo que podrá dar de sí ese número de teléfono. Entretanto Jefecillo se muerde el canto de la mano para no dar gritos y se corre abundantemente sobre una papelera que ha dispuesto a propósito para tal fin. Cuando se da la vuelta tengo que contener un "ooh-ooh" al ver el tamaño de su polla, no sé si es que él es escueto de cuerpo y por eso todo lo sobresaliente en su anatomía parece más grande o es que en realidad es ASÍ de grande, pero por si sola es argumento suficiente como para decirle a Jefecillo "si quieres cuando termine el sarao este que has montado repetimos"
Jefecillo asiente con los ojos encantados y aunque después cuando todo el mundo se ha ido le advierto que no pienso irme con él a Japón o a donde cojones sea que se vaya porque esto es sexo y nada más, creo que el tío pasa la noche de su vida.


Yo también disfruto, pero lo que en realidad me tiene la cabeza loca es ese número de teléfono que MaridoPerfecto ha dejado sigilosamente en mi mano...

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