martes, 17 de abril de 2012

HOMO DEI VS. HOMO CONIUGATUS


No sé si la ficción supera a la realidad o la realidad supera a la ficción. Más bien creo que la una persigue la cola de la otra y se persiguen en círculos intentando probar quien es capaz de sorprender más al personal.

Lo siguiente acontece no recuerdo exactamente cuando, con el verano bien avanzado.

Estoy invitado a una boda de alguien que conozco del trabajo y a la ceremonia asisten como mucho media docena de compañeros de los que considero "amigos", así entre comillas, por lo cual la perspectiva no es nada halagüeña. Pero ella, la novia, lleva dieciseis años compartiendo a veces mesa y a veces despacho conmigo (ella entra en la categoría de amigos sin comillas), hemos reido y padecido mucho juntos allí dentro  y no puedo decir que no. 
Así que me presento con un ligero traje de lino, una camisa blanca sin cuello para no llevar corbata y sudando la gota gorda a pesar de todo. La ceremonia y la cuchipanda posterior se celebran en una localidad a unos treinta kilómetros de la ciudad con lo cual la posibilidad de beber para sociabilizarme y olvidar mi sentimiento de desintegración con mi entorno queda descartada, a no ser que encuentre a alguien sobrio que conduzca mi vehículo de vuelta a la civilización. A pesar de todo, reconozco que el ambiente es agradable: hay grandes mesas con manteles blancos dispuestas en una especie de gran patio andaluz de paredes encaladas, unos toldos super-fashion que se agitan con el viento para sombrear el sarao y que los invitados no queden achicharrados bajo el sol estival, camareros que parecen sacados de un anuncio de ropa interior masculina, no sé, en general, un estilazo total.
Mi amiga está encantadora disfrazada de novia y me abraza efusivamente al verme a pesar de que me he "fumao" la ceremonia religiosa y llego justo para tomar el aperitivo previo a la comida.
"...cabronazo, te has pirao la misa " me dice a la oreja riendo "...pero me alegro que hayas aparecido, no las tenía todas conmigo"
Tanta comprensión me hace sentir fatal y le respondo cuatro lindezas que ella espera oir y que se toma con la seriedad pertinente de alguien que me tiene ya muy calado.
"no te esmeres, que ya has quedao como lo que eres, jaja...pásatelo bien y disfruta, pero eso sí, al novio ni tocarlo, ¿entendido?"
Como era de esperar, me ubican en la mesa de "gente-del-trabajo" y quedo emplazado entre una secretaria pequeña y gordita que no puedo entender como puede ser tan amiga de la novia con esa nariz fruncida que parece estar olisqueando siempre algo en mal estado y el marido de la misma, un bollazo impresionante moreno, de ojos azules y que nada más sentarse se quita la chaqueta y la corbata. Cuando le veo tengo que volver a mirar a su costilla -que se niega a desprenderse de una sola pieza de su traje y está ahí sudando como una perra y con los labios apretados en plan "no vais a poder conmigo"- para preguntarme que es lo que un tio como ese ha visto en alguien como ella. Una mujer que conozco desde siempre, que si brilla por algo en el ambiente laboral es por su pésimo sentido del humor, sus quejas continuas y en lo que a mi respecta, su mirada reprobadora de saber que soy bastante maricon pero estar obligada a hacer como que no lo sabe porque yo no la he dicho oficialmente nada y ademas no quiere ser menos moderna que el resto de las empleadas demostrando conductas homófobas.
En cambio MaridoPerfecto me palmea con frecuencia la espalda mientras suelta chascarrillos que hacen reir a toda la mesa e insiste en rellenar mi copa de vino cada vez que la dejo un poco corta, mandando al traste mis buenos propósitos de abstinencia alcohólica.
Cuando suelta un par de botones de su camisa blanca dejando ver un vértice de su pecho velludo, empiezo a sentirme realmente inquieto.
Trato de mantener la compostura y no montar un numerito, pero MaridoPerfecto insiste en inclinarse sobre mi agarrándome el hombro para susurrarme chistes verdes dejando a la vez que me llegue a la nariz su aliento cálido y el aroma de su cuerpo, mezcla de un perfume suave y sudor limpio de hombre. 
No hemos terminado los langostinos y ya llevo cuatro copas de vino además de una empalmada de cuidado.
En esto que volviendo la vista a la mesa de la novia, me fijo en un tío que está sentado en una esquina con alzacuellos y barbita, chupando cabezas de gamba y sonriendo con cierto apuro a la concurrencia...no puedo dar crédito a mis ojos así que le doy un codacito en el flanco a MaridoPerfecto y susurro
"quien es ese que está allí"
Esto hace que MaridoPerfecto se despatarre de la risa y empiece a bufar "que cabrooon, que cabrooon, se ha saltao la misa" consiguiendo con ello que me ruborice y desee meterle algo en la boca "pues quien va a ser, hombre, es el cura que ha casao a nuestra amiga"
El cura es HombredeDios, el mismo a quien me follé en la sacristía de su iglesia no hace muchos meses atrás. ¿Porqué el mundo es para algunas cosas tan pequeño?
La comida transcurre en la espiral etílica ascendente que acostumbra a sucederse en las bodas, a mi ya me duelen los huevos de la erección casi permanente que me provoca MaridoPerfecto cada vez más borracho y más pegajoso así que se me ocurre un plan genial. La cosa consiste en caminar despacio por en medio del patio como la Cenicienta entrando al baile para atraer la atención de HombredeDios y luego irme a los servicios con la esperanza -un poco vana, vale- de que me siga y poder aligerar un poco la tensión sexual que acarreo desde que me senté a la mesa.
Así que me pongo en pie algo tambaleante, anuncio que voy a visitar el excusado y me lanzo a llamar la atención de la concurrencia. Con buena fortuna pues apenas me doy la vuelta tropiezo con un macetero y caigo cuan largo soy consiguiendo una carcajada generalizada ( he ahí la solidaridad con el mal ajeno que se respira en una boda ). MaridoPerfecto se levanta solícito a auxiliarme aunque aún escacharrado de la risa, eso sí, y tengo que decirle
"estoy bien, gracias, tu vete pidiendo otra botella de vino que enseguida vuelvo p'acá"
luego continuo atravesando el patio entre aplausos de la ebria concurrencia y esquivando un currusco de pan que me lanza la novia con cara de "¡como eres!"...pero ajá, lo he conseguido porque HombredeDios está ahí en su silla mirándome y deseando creo que se le trague la tierra al mismo tiempo.
Yo le sonrio con profesionalidad y con un ligero movimiento de cejas me meto a los servicios de caballeros.
Son unos servicios elegantes, con media docena de urinarios contra la pared, media docena de cubículos en los que encerrarse a hacer cosas como por ejemplo follarse al cura que ha oficiado la ceremonia y un elegante jarrón con flores azules entre los lavabos.
No tengo dudas sobre que HombredeDios vaya a aparecer de un momento a otro así que entro en uno de los cubículos, me bajo los pantalones hasta los tobillos y sentado en la taza, comienzo a meneármela con la idea de estar preparado y echar un polvo rápido que no haga sospechar al respetable.
Cuando oigo chirriar la puerta de entrada sonrio para mi y echo un vistazo satisfecho a mi erección, de un rojo tan congestionado que sin duda hará caerse los pelos de la barba de HombredeDios.
"Eeeeh" grita una voz bastante embarullada por el vino "¿te encuentras bien?"
...lo adivinaste, es MaridoPerfecto, y no me da tiempo a pensar en reaccionar y ponerme de pie cuando se abre la puerta del cubículo. Me mira de abajo a arriba y otra vez abajo, susurrando un "¡hostias!".
"esto...lo siento" digo tratando de cubrirme la polla con las manos "debí echar el pestillo"
MaridoPerfecto echa una rápida ojeada a su espalda y se cuela ahí dentro conmigo, poniéndome la bragueta a la altura de la nariz no tanto por quererlo así él sino porque el reducido espacio no da para más.
"nunca le he comido el rabo a nadie" dice en tono confidencial mientras se baja la cremallera y saca a relucir un miembro moreno y grueso camino también de una erección "pero si me la chupas tu a mi te lo agradecería porque llevo toda la comida con una empalmada que ni te cuento".
Ese pedazo de polla me golpea la nariz mientras se explica y claro, ¿que voy a hacerle yo?...tengo que abandonar las convenciones morales y dejar salir al depredador. Le agarro del culo atrayéndole hacia mi y empiezo a comérsela, tocando todo lo que puedo de su anatomía mientras tanto porque estoy convencido de que cuando recupere la sobriedad no va a querer saber nada de esto: le manoseo el bajo vientre recubierto de un hermoso pelo oscuro, acaricio esos muslos fuertes y en un momento dado me chupo un dedo y lo deslizo entre sus nalgas.
"AAAAAH-AAAAAAAH-NO HAGAS ESO QUE ME CORROOOOOOO" aulla haciéndome rezar porque los servicios estén lo bastante insonorizados, pero eso vale para que la puerta de mi cubículo vuelva a abrirse ( sin duda el punto caliente del banquete se encuentra aquí mismo en estos instantes ) y aparece HombredeDios que queda boquiabierto al verme con el mango de MaridoPerfecto dificultando mi capacidad de expresión.
"ooh" dice
"papapapa-padre" gimotea MaridoPerfecto sacándome la golosina de la boca y volviéndose hacia él "debe usted perdonar...no sé qué me ha pasado, es el vino..."
El pobre incauto no se espera que HombredeDios, emitiendo ese suspiro de aquel que se ve arrastrado hacia el abismo del pecado una y otra vez en contra de su voluntad, se ponga a cuatro patas y empiece a chuparle el asunto como si su suministro de oxígeno dependiese directamente de ello.
Dada mi posición y con el culo peludo de MaridoPerfecto ante mi cara lo más lógico sería follármelo mientras HombredeDios hace su buena obra por el frente, pero la duda razonable de que para un no iniciado quizás de primera mano no sea igual de gratificante que a uno se la chupen a que le introduzcan objetos calientes por el trasero me hace cortarme. En su lugar separo sus nalgas y con la ayuda de la lengua trato de hacerle cobrar consciencia de los puntos extremadamente sensibles que se ubican en torno al culo del hombre...
"AAAAAAAH NO PUEDO MÁS ME VOOOOY ME VOOOOOOY" vocifera MaridoPerfecto y por los sonidos de asfixia que empieza a emitir HombredeDios creo, que lejos de irse a ningún lado, está teniendo la corrida del siglo.
Las sorpresas no terminan ahí porque MaridoPerfecto, después de echar al menos medio litro de leche en la  epiglotis de HombredeDios me mira con ojos incrédulos y un poco desquiciados, luego contempla al cura haciendo sonoros esfuerzos por tragarse todo aquello y susurra "perdóneme padre porque he pecado y voy a pecar más" a lo cual el padre compone comprensible gesto de alarma pero MaridoPerfecto ya le está rodeando y echándole la sotana sobre los hombros para dejar al aire unos calzoncillos de los de toda la vida y un trasero tembloroso bajo ellos. Yo visto que ahora HombredeDios está a mi alcance, le endoso mi  miembro en la boca aunque sus ojos parecen decir "noporfavormasno" y empiezo a menear la pelvis adelante y atrás diciendo
"aproveche que esto del dos por uno ocurre muy pocas veces en la vida"
Entretanto MaridoPerfecto está follándosele por detrás, tengo su hermoso rostro reluciente de placer justo enfrente de mi, de manera que me inclino ligeramente sobre la espalda de HombredeDios, MaridoPerfecto se inclina más y agarrándome por la nuca me introduce en la boca su lengua proporcionándome lo que sin dudas es el morreo de la temporada...
...con su sabor intenso y salobre no tardo ni un segundo en correrme de un modo que no puedo describir más que oscuro y violento, sin apartar un segundo mis labios de los suyos...

..al volver a la mesa la esposa regordeta me mira más bien cabreada.
"¿no has visto a mi marido? Ha ido a ver si estabas bien después del numerito de espatarrarte ahí en medio"
Sonrio con dulzura y contesto
"creo que el que no se encontraba demasiado bien era él. Le he dejado en el servicio."
No sé si es porque los rumores sobre mis tendencias me preceden o si es sincera preocupación pero se levanta como un resorte y sale disparada en su busca.

Ese día no vuelvo a verlos ni a ella, ni a su esposo ni a HombredeDios...y no es que vaya a echar de menos ni a la tia ni al cura pero joder, espero volver a ver a MaridoPerfecto...


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