domingo, 13 de mayo de 2012

AVIA DOMUM


Aunque suene a chiste, la única alternativa posible es acudir a casa de mi abuelita.
Ella es la única pariente viva que tengo en la ciudad, posee una pequeña casita con jardín en una tranquila barriada de las afueras y además está sorda como una tapia, lo cual hace que sea poco amiga de conversaciones a no ser que sea absolutamente imprescindible.
Cuando llego a su casa en plena madrugada y vocifero
"TENGO QUE QUEDARME UNOS DÍAS, QUÉ TAL TE VIENE"
arrebuja su cuerpecillo dentro de la bata floreada y responde con gesto serio
"no sé quien es esa Irene, pero si te deja en la calle en mitad de la noche desde luego no te conviene"
Luego me acompaña hasta la habitación de invitados, me abre la cama y me deja a solas allí con un besito en la mejilla. Yo pienso que tras la escapada va a a serme dificil conciliar el sueño con tantas emociones, pero el hecho es que apenas me desnudo y me meto bajo el edredón de la abuela, quedo inconsciente.

Después pasan varios dias y nadie viene preguntando por mi. Abuelita pasa el día cocinando estupendos guisos y maravillosos pasteles porque según murmura "estás muy flaco, chico", y yo veo la tele, duermo, me leo su colección de novelas rosas de "Jazmín", duermo, tomo el sol en el jardín, duermo, a ratos pienso en MaridoPerfecto pero mayormente, duermo. Una molesta parte de mi cabeza me recuerda el empleo que he dejado colgado sin explicaciones, el piso que he de atender, las facturas y recibos que supongo se amontonan sin pagar, en pocas palabras todo lo que supone la vida que he dejado atrás como quien olvida el paraguas en un bar, pero de momento es mucho más interesante contemplar la floración de los rosales en el jardín que plantearme costes, exigencias y responsabilidades.

Hasta esta tarde en que mientras contemplo las abejas zumbando entre las flores y  pequeñas nubes blancas que surcan ligeras el oceano de cielo azul, llega Abuelita por detrás y anuncia
"ESTÁ AHÍ EL SEÑOR ROSARIO, ¿TU LE CONOCES?"
"¡COMISARIO! ¡HE DICHO COMISARIO!" grita alguien tras ella e irrumpe en el jardín un tipo con una americana arrugada, una camisa que necesita un lavado urgente y unos pantalones vaqueros muy desgastados un poco rotos a la altura de la rodilla.  Tiene un aire un poco a Robert Redford, con un pelo rubio revuelto y una ligera media barba que me hacen desear no llevar el pijama con dibujos de perritos que Abuelita me ha conseguido a buen precio en un hipermercado. Me dedica una ligera sonrisa y se presenta.
"Soy de la policia. Vaya, nos ha costado un huevo encontrarle."
"Que pasa. ¿He hecho algo malo?"
"No...supongo." pone cierta expresión de culpabilidad que me mosquea, sin embargo la conversación me está pasando en su mayoría desapercibida, consciente del ligero olor de su sudor mezclado con el del desodorante y la forma en que los vaqueros se le ciñen a la entrepierna al sentarse en la tumbona que Abuelita le ha sacado refunfuñando. Parece un milagro pero noto cierto calor ahí abajo al circular la sangre por el interior de la que yo pensaba mi difunta polla.
"Antes que nada" dice ComisarioPotente "debo decirle que sé todo lo que le ha pasado ultimamente y entiendo que haya necesitado alejarse de su vida durante un tiempo" ahora su sonrisa se ensancha y los ojos oscuros chispean con el gesto "pero al final por mucho que hagamos por escaparnos del mundo, el mundo acaba por pillarnos, ¿verdad?"
Sin haber apretado la puta pera de goma siento que se me ha puesto bastante duro lo de ahí abajo y la emoción me hace contener la respiración y no decir nada. Eso desconcierta a ComisarioPotente que por un momento abandona su sonrisa y pregunta
"¿Se encuentra bien?"
Me doy cuenta de que no voy a poder mantener un diálogo coherente en ese estado de cosas así que, con una pequeña tienda de campaña organizada en mi pantalón de pijama con perritos,le digo "tengo que ir un momento al servicio, si me disculpa" y salgo disparado de allí dejandole con Abuelita, una jarra de limonada y un plato de galletas. Una vez solo, me bajo el pantalón hasta las rodillas y dejo al aire mi zona de desastre, es decir, una polla morcillona con una cicatriz colorada en la base a la que le falta consistencia para penetrar el trasero de un caballero, pero que quizás, con un poco de cuidado...
...me echo un chorro del aceite corporal con aloe vera de Abuelita en la palma de la mano, luego agarro aquello con cuidado y comienzo a masturbarme, delicadamente, porque si pienso en lo que hago empiezan a desfilar por mi cabeza imágenes de mi mismo con un trozo de mi polla en una mano dando gritos. En su lugar imagino a ComisarioPotente bajándose los pantalones. Es imaginación, ¿vale?, así que no hay que extrañarse porque en este momento se separe las nalgas y mostrándome un ojete rodeado de pelusilla rubia, me diga "anda...cómete este culito..."
Sin ser muy consciente de seguir meneándomela, saco la lengua como si de verdad tuviese enfrente ese trasero y empiezo a lamer aquel orificio prieto y fruncido, que palpita y se va relajando según vuelvo una y otra vez sobre él hasta que por fin me chupo un dedo y lo introduzco ahí dentro logrando que ComisarioPotente se de la vuelta y enarbolando una polla descomunal me la endose entre los labios y empiece a follarme la boca a un ritmo endiablado hasta que...hasta que...
...mi corrida, a pesar de ser de un huevo solo, bate el record de lanzamiento y logra, en perfecto arco, cubrir la distancia desde la taza del retrete donde estoy sentado hasta el espejito que hay encima del lavabo.
Se me escapan unas lagrimitas de la emoción al descubrir que no todo está perdido, que aunque quizás no vayan a ser las cosas como antes todavía tengo mis posibilidades.

Y eso que no he empleado la pera de goma.

¿Qué ocurrirá si aprieto ahí?

Al volver al jardín trasero ComisarioPotente y Abuelita me contemplan con ansiedad
"¿Se encuentra bien?" pregunta el chulazo en un tono de sincera preocupación que casi me conmueve
"Muy bien" respondo con más firmeza "ahora cuénteme qué ha venido a hacer aquí"
ComisarioPotente suspira, se mete la mano en el bolsillo de la americana y saca un papel que desdobla ante mi. Se trata de una fotografía y en ella aparece ChicoGuapo, el mismo que me meó encima cuando estaba apaleado en el callejón, sonriendo ante la cámara con un fondo marítimo que hace pensar en un lugar de vacaciones.
"¿Le conoce?"
"Hemos follado un par de veces" respondo contemplando la cara de aquel memo con deseos de echarle de nuevo la vista encima para devolverle el favor "pero si tengo que decirle la verdad, no sé ni como se llama"
ComisarioPotente me contempla durante unos largos segundos sin decir nada y luego dice
"Esta es la foto que sus padres han hecho circular para investigar su desaparición. Hace por lo menos una semana que falta de su casa,no ha dado ningún tipo de explicaciones ni se ha llevado nada que haga pensar en un viaje. Los padres ya nos han dicho que es maric..."enrojece un poco y se corrige"...que es homosexual,así que indagamos por los lugares de ambiente, contactamos con su último amiguito, ya sabe como es eso, ¿no?...este nos dijo que su última relación "conflictiva" fue con un tío más mayor que conoció por internet, entonces un equipo de expertos ha cogido el ordenador del muchacho, lo ha puesto patas arriba y en fin, no sé como fue porque yo me encargo del "trabajo de campo" por decirlo así, pero al final vinieron a parar a usted. Justo usted, que estaba en los casos recientes aún no archivados por lo que..."tragó saliva e hizo un gesto con la nariz hacia mi entrepierna"...por lo que le pasó y porque abandonó el hospital sin dejar rastro. Ya teníamos a la mujer que le...que le amputó y que por si le interesa está recluida temporalmente en una institución mental, de manera que hasta que no ha ocurrido esto no ha sido urgente localizarle... pero ahora ya son muchas cosas. Luego ha sido un juego de niños encontrar a su única pariente en la ciudad y venir hasta aquí."
"Pues no tengo nada que decirle. Llevo sin salir de esta casa desde que me escapé del hospital. No sé nada de lo que ha ocurrido por el mundo durante todo este tiempo, ¿verdad, abuelita?"
"¿PATATAS FRITAS?" dice Abuelita"...CIELOS, NO LO SÉ CARIÑO PERO VOY A MIRAR A VER SI QUEDAN...SI ME DISCULPAN..."
ComisarioPotente y yo la contemplamos salir en un silencio embarazoso y cuando por fin nos quedamos solos él se inclina en mi dirección, pone una mano en mi rodilla y dice en voz baja
"...bueno, en realidad solo deseaba preguntarle si sabía algo del chico en cuestión, y ya puestos la gente "en el mundo" está interesada en saber si va a presentar denuncia contra la loca que le cortó el...ya me entiende."
Contemplo sus ojos oscuros durante un tiempo indefinido dejando que el calor de la palma de su mano traspase poco a poco la tela del pantalón y alcance mi piel, entonces coloco mi mano sobre la suya y susurro
"...como imagino que comprenderá, ha sido todo muy duro...ha sido una jodida mierda, para ser más claros" él contempla su mano bajo la mía con relativa alarma pero no se mueve un milímetro imagino que tratando de mostrarse delicado, así que continuo susurrando "...en este momento de mi vida no quiero saber  de nada ni de nadie. Si necesita mi colaboración para cualquier cosa, ya sabe donde estoy, pero le agradeceré que en la medida de lo posible mantenga la información sobre mi paradero lo más en secreto posible."
Él tarda en recuperar el habla unos largos segundos durante los cuales se le descuelga un adorable labio inferior, después parpadea rapidamente como volviendo a la realidad y pregunta
"¿tampoco quiere que informemos al marido de la loca?...Él más que nadie está un tanto desesperado por saber como encontrarle."
"A él menos que a nadie" atajo retirando mi mano de la suya.
"Claro, bueno, en fin, lo entiendo, supongo que le considera a él un poco responsable de todo, ¿no?" murmura y aunque percibo sus intentos de empatía no cedo un ápice y contesto en tono seco
"Pues no, no quiero enfrentarme a nadie con mi polla minusválida. A nadie que pueda comparar el antes y el después, ya me estoy hartando yo de hacerlo, ¿entiende?"
Quiero decir más pero él de pronto parece muy tenso y se levanta
"No se preocupe, trabajaremos con toda la discreción posible. Pero tendré que volver a hablar con usted en algún momento, ¿de acuerdo?"
Después sin esperar respuesta se da media vuelta y desaparece, así que cuando Abuelita vuelve con un plato de patatas fritas solo estoy yo y las abejas zumbando a mi alrededor como si allí nunca hubiese habido nada más que ellas mismas y el jardín soleado.



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