domingo, 20 de mayo de 2012

SOLA MULIER


SecreGordi esta sentada frente a la ventana mirando el cielo de afuera, ataviada con un camison blanco con dibujos de pajaritos diminutos y el cabello húmedo peinado hacia atrás como si terminase de salir de la ducha.
Todavía no sabe que nadie la está mirando y por debajo de la máscara que la vida le ha colocado frente al rostro, puedo intuir a la muchacha de la que me supongo un día MaridoPerfecto se enamoró.
A pesar de mis palabras, tarda unos minutos en parpadear como si estuviese muy lejos de allí para por fin volverse hacia mi. Yo, descomunal con mi traje rosa palo, mis macro-gafas y mi pelucota rubia, no hago esfuerzo alguno por sonreir ni disimular dentro de mi disfraz, más bien al contrario: me acomodo el maltrecho paquete metiendo la mano por debajo de mi falda y me cruzo de brazos esperando qué-sé-yo, una explicación, una disculpa o como mínimo un ataque de cólera o de histeria.
Pero SecreGordi me contempla un largo instante sin decir nada y por fin lanza un suspiro.
"lo que me faltaba" dice más para si misma que para mi, y vuelve a poner la vista más allá del cristal.
La reacción me pilla fuera de juego, porque después de mi despliegue de medios esperaba algo más llamativo.
"¿qué te pasa, no sabes quien soy?"
"vestido de mujer estás penoso. Te luce más tu atuendo habitual de chapero venido a menos"
La mezcla de ofensa y aburrida indiferenca logra sacar mi ira y hacerme recordar porqué estoy allí.
"pero si serás hija de puta...he venido aquí nada más para decirte que la barbaridad que cometiste no ha tenido resultado. Me han vuelto a coser la polla y no solo sigue aquí, sino que además SIGUE FUNCIONANDO...¿como te quedas, loca de los cojones?"
SecreGordi continúa mirando el firmamento azul y las  nubes correr por él como corderitos, lo mismo que si estuviese escuchando el parte meteorológico.
Me saca de quicio.
"Y PARA QUE TE EMPAPES, FUE TU PERFECTO MARIDO EL QUE LLEVÓ MI POLLA EN UN TAPER Y GRACIAS AL CUAL PUDIERON REIMPLANTÁRMELA A TIEMPO PORQUE EL MUY  TONTO DEL CULO ESTÁ ENAMORADO DE MI...¿QUÉ TE PARECE?"
Tarda lo que parece una eternidad en responder, y lo hace con tremenda fatiga
"Quédatelo, ya que tanto te gusta. A él, a las niñas y a todo lo que te de la gana." ahora sí se vuelve hacia mi y con gesto de infinito cansancio añade " solo déjame morirme a gusto, ¿vale?"
...
Ahí lo tienes.
¿Qué me dices?
Según parece no solo no tengo que culpabilizarla de haberme cortado la polla y crearme de paso una lista interminable de traumas, es que además TENGO QUE SENTIRME CULPABLE por haberle jodido la vida y colocarla en la situación en que se encuentra ahora.
Tengo que quitarme las gafas de sol y pegar mi nariz hacia la suya para sisearle
"si pretendes hacerme cargar con un ápice de responsabilidad por lo lamentable que es tu existencia. lo siento, no me siento responsable para nada. Por mi tus dos niñitas pueden ir al orfanato, tu marido morirse en un tugurio vendiendo el culo como prostituto y tu colgarte mañana de una viga para abandonar este mundo de desgracias. No solo no me importa, es que además me daré por satisfecho. Así que si eso es lo que quieres, muérete, o mejor no, si lo que quieres es morirte, jódete y pasa el resto de tus días aquí metida con un equipo de profesionales encargados de evitar que te tires por la ventana o te pegues un tiro."
Descubro que en realidad lo que mi yo interior deseaba era organizar una pirula cojonuda, porque cuando ella me contempla un segundo con unos inmensos ojos de un azul desvaido y sigue mirando la ventana, me siento total y absolutamente fracasado.
Me levanto y me lio a dar patadas a todo lo que encuentro por allí hecho una furia.
"¡Joder!¡JODER!...NO te voy a consentir ni por un momento que además de cortarme el rabo en un momento de enajenación, pretendas hacerme sentir lástima por ti"
"Nadie te ha pedido nada " dice por fin sin dejar de mirar afuera "Lárgate por donde viniste y ya está. Pero desde luego ni voy a pedirte disculpas ni voy a hacer ni decir nada que pueda hacerte sentir mejor contigo mismo."
Antes de poder idear algo más para decir que la haga sentir jodida, aparece DoctorCachas que sin duda ha escuchado mis últimos tacos en voz alta y acude a sujetarme un codo diciendo
"creo que ha sido suficiente por hoy. Que tal si ahora me acompaña y hablamos un momento."
No me siento capaz de decirle que no a nada, y me dejo llevar hasta un despacho todo de madera con diplomas en las paredes y ventana al jardín como parecen ser siempre los despachos de los psiquiatras en las películas. Me sienta en un diván y se coloca ante mi sentado a su vez en una tabureta con las piernas abiertas de un modo que se le marca un poco el paquete incluso con su uniforme hospitalario. ¿Este detalle es algo que ocurre con frecuencia o solo es algo en lo que reparo yo porque soy un degenerado?...
"Que ocurrió" pregunta solícito con sus ojos color chocolate clavados en los míos "¿se mostró violenta?¿alterada?"
"Ocurre" digo con mi voz habitual "que yo soy lo que se llama la víctima, y he venido aquí con la única intención de hacerla saber que uno no puede andar por ahí con un cúter cortándole cosas a las personas, y además que todo ese espectáculo fue en balde porque lo que cortó sigue felizmente en su sitio y funcionando."
Si DoctorCachas se ha sorprendido con la revelación, no lo hace notar, ( lo cual me hace pensar para qué cojones me he disfrazado si todo el mundo parece estar al tanto de mi verdadera identidad ), él se limita a observarme con los codos apoyados en las rodillas y los dedos pulgares rozando insistentemente un hueco que se dibuja en su barbilla bajo el labio inferior.
"...ah...entonces...¿está recuperado satisfactoriamente?"
Mi experiencia en el sector me hace reconocer el rubor en sus mejillas y la forma en que brilla su frente bajo una fina capa de sudor.
¿En qué se ha transformado mi vida, en una película porno?
Me quito la peluca, me remango la falda más o menos hasta el ombligo y agarrando el más que generoso bulto que constituye mi convaleciente polla, contesto
"Compruébelo usted mismo"
No dice nada, solo tira del pantalón hospitalario hasta debajo de sus nalgas dejando al aire un culo blanco y una polla de tono tostado con una cabeza rosa intenso que me hace pensar en fresas y chocolate.
No me hago de rogar, le atraigo hacia mi y me como esa maravilla un buen rato hasta que siento apretarse sus huevos contra el cuerpo anunciando que está a punto de correrse, entonces le siento a él en el diván y sentándome a horcajadas sobre él, le explico
"No me atrevo a forzar la maquinaria todavía, por ahora vamos a conformarnos con esto, ¿te parece bien?"
El muy idiota me pone las manos en el pecho como si fuese a agarrar unos senos imaginarios, así que en su lugar le meto en el morro mi aparato que, aún sin utilizar la siniestra perita de goma tiene una consistencia más que respetable y le obligo que me la chupe hasta que se le pone la cara colorada y empiece a toser.
"Que raros sois los tíos. ¿Te gusta que sea un tío disfrazado de tía pero no te gusta comerme el rabo? la próxima vez voy a darte por el culo yo a ti para ver si eso tampoco te apetece..."
DoctorCachas, que parece haber perdido la facultad de la palabra hace tiempo, emite un gemido al oir eso pero desde luego no voy a follármelo, todavía no. En vez de eso cojo mi práctico bolso de señorita, saco la hidratante, le embadurno la polla que tiene a punto de reventar y me la meto en el trasero por el expeditivo método de sentarme encima, mientras yo empiezo a meneármela en el reducido espacio que queda entre su barriga y la mía.
No sé que concepción de los acontecimientos tiene él ni cuales serán sus apetencias ni sus inclinaciones, pero cuando me desabrocho la americana y la blusa y dejo ante él nada más mi pecho velludo, empieza a correrse en plan salvaje convulsionandose y dando gritos, de manera que me dejo ir y lo pongo todo perdido de leche entre él y yo.
DoctorCachas en lugar de poner distancia me aprieta contra él y me mantiene así el tiempo suficiente hasta que su miembro se ablanda y se desilza lentamente fuera de mi culo. Cuando me mira sus ojos oscuros aparecen turbios y solo alcanza a decirme:
"jo, que fuerte, ¿no?"
Eso es lo bueno de follarte a tios con carrera, que siempre tienen una frase sublime para culminar el acto.
Ante la perspectiva de que pueda empezar a contarme que tiene esposa e hijos pero que no-sabe-qué-le-ha-pasado, me bajo la falda hasta la altura oportuna, me recoloco todos mis accesorios y salgo de allí como alma que lleva el diablo.

¿Necesito volver a ver a DoctorCachas?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El depredador agradecerá su valoración...