No te precipites.
No saques conclusiones ni pretendas extraer moralejas ni enseñanzas de la historia.
Este no es un cuento moralizador para demostrar lo que termina pasando a la gente que vive su sexualidad sin prejuicios ni contemplaciones.
Practicar sexo con otros adultos, existiendo mutuo acuerdo de por medio y parecida implicación en el encuentro, no es malo ni merece a la larga que el desarrollo de la vida y de las cosas termine por castigarte ni darte tu merecido.
Si con lo leido hasta ahora vas a sacar en limpio que una vida de castidad o de pareja monógama es lo que te conviene, puede que estés equivocado.
Si te gustan los hombres y a pesar de todo has cometido el error de casarte, y crees que lo que debes hacer es morirte al lado de alguien a quien no amas para además estar engañándola toda su vida, sin duda estás equivocado.
Mi cadena de acontecimientos se resuelve en un desastre pero no tiene que ser lo mismo para ti.
Quien te diga que una vez tomadas tus decisiones no hay posibilidad de vuelta atrás y debes apencar con lo elegido para el resto de tus días, te está mintiendo.
Las oportunidades de hacer las cosas de distinta manera, solo se agotan con la muerte.
Lo único que hace falta es el valor para volver a tomar las riendas de tus pasos.
Ahora puedes seguir leyendo, pero sabiendo que hay millones de hombres por el mundo que follan todo lo que pueden o les dejan y, al final de su propio cuento, nadie les acaba cortando la polla.
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